Si la muerte es el acto por excelencia, no puede serlo la eutanasia que hace del matarse el morir
Palabras clave:
Morir, eutanasia, acción, autonomía, iinmanencia trascendente.Resumen
Blondel habla en su filosofía de la acción de la muerte como acto por excelencia. Su comprensión de la acción del hombre en su inmanencia trascendente le abre más allá de sí mismo y es tal la idiosincrasia del acto de morir, único e inexorable, que desvela al hombre su sentido en la aceptación de su límite, ontológico, epistemológico y metafísico, al tiempo que su apertura religiosa. De ningún modo puede entender nuestro autor una autonomía absoluta que no esté ligada a la dinámica de la acción, por lo que cuando un sujeto en virtud de su libre determinación pretende atentar contra su propia vida al ponerle fin de forma controlada, como reclaman las recientes propuestas de ley de la eutanasia en nuestro país, no respetará su propia dignidad en cuanto hombre. Otras cuestiones a considerar de su mano a propósito de la ley serán la incapacidad para la toma de decisiones, la objeción de conciencia de los profesionales implicados y lo que se puede aprender de la vigencia de leyes similares en otros países que han sido seducidos por una cultura de muerte más que por un respeto que garantice la vida.
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